Pepe Sancho y el salto de Falete

Ha muerto Pepe Sancho y llevo días dándole vueltas a las veces que coincidimos en esta ruleta caprichosa que es la vida. No diré que era un hombre amable ni simpático cuando estaba en privado. No alabaré su fuerza vital ni destacaré que fue un placer trabajar con él simplemente porque se haya muerto. No recordaré lo buen actor que fue y como nos dejó como última herencia televisiva la notable serie 'Crematorio'. Pero sí diré que Pepe Sancho tenía sus momentos, y que cuando los tenía lograba que olvidases por un rato todo lo que habías visto y escuchado durante tanto tiempo.

Y en estos tiempos en que los españoles se agolpan en televisión para ver si un tal falete se tira de un puto trampolín, eso es mucho decir.


Corría el año 2008 cuando Pepe Sancho me guió en un salto al abismo. Fue una noche de verano en el Festival en Mérida, de esas que sólo pasan entre aquellas piedras milenarias. Estaba con la maravillosa B. tras el escenario. Apenas 5 minutos para el inicio del espectáculo y los actores ya calientan, cada uno a su manera. Una canta. otro da saltos y un tercero, más veterano, simplemente pasea. B. le mira y le pregunta con esa sonrisa cándida que espero que nunca pierda: ¿Y qué se siente? ¿Qué se siente cuando sales a este escenario lleno hasta los topes? O le puedes o te puede, responde convencido. Y de pronto nos coge y nos conduce al escenario. Vais a verlo por vosotros mismos, nos grita con la mirada. Y allí estamos, en el escenario, en una noche de verano con el teatro lleno hasta los topes, el corazón encogido y la sensación de que por primera vez en la vida por fin lo has comprendido. Has entendido lo que es ese salto al abismo. O le puedes o te puedes.

Ya en 2010 viajé a Valencia para entrevistar a Pepe. Habíamos quedado en un teatro en el que ensayaba, pero por confusiones varias acabamos en su casa, cerca del aeropuerto. Y allí tuvimos una charla en la que no se guardó nada. Abierto, sincero, contundente. Me decía que había llegado la hora de prohibir simplezas que trataban de ser modernas como el vestir a Creonte de Hitler, que tenía ganas de regresar a Mérida con su inolvidable 'Memorias de Adriano' y me contaba lo poco que le había gustado compartir escenario con Nuria Espert. Una entrevista de esas que no se olvidan.

Ahora Pepe Sancho ha muerto, y no hace mucho sentí el vacío de Carlos Ballesteros y de Juan Luis Galiardo, Y también se ha ido Jerome Savary. Todos ellos tenían sus momentos y todos ellos me regalaron unos cuantos. Historias de Mérida que ya no volverán. 




Pero lo importante es saber si al final Falete salta o no del puto trampolín. El resto sólo cabe en este rincón de las cosas que no importan.

NOTA. Las fotos de Pepe Sancho, Juan Luis Galiardo y Carlos Ballesteros fueron tomadas por JAA en 2010 en valencia, Mérida y Madrid.