Dos meses… toda una vida


Dejar que las palabras fluyan sin pensar.


Un ghetto que lucha por sobrevivir en un mundo de tiburones desdentados. Una olvidada heroína de las tablas que, por fin, recibe un merecido homenaje. Nuria Espert asomando tras una esquina convertida en Margarita Xirgu. Su sonrisa agradecida por una copa de vino blanco. Tardes que se hacen noches y noches que alcanzan el amanecer pasando de puntillas por la madrugada. Una huérfana silla de jardín secuestrada al amparo de la oscuridad. Una mujer a la que le gusta la vainilla. El chikilicuatre de Mérida. El machaca. El hijo de siete putas. Los dardos interminables. Broncas a la luz de la luna en un jardín que en ocasiones ya no es el paraíso que debiera. Asomarse unos segundos al balcón del abismo de la mano de Pepe Sancho. Encadena, clava, remacha, ¡GOLPEA! Gente que cae al agua sin bañador. Descubrir al payaso poeta, y al gran hombre que esconde tras la fachada. Sit down, manolito. Leyendas urbanas clavadas sin compasión. Hoy nos chumamos, ¿no?. Resacas asesinas, y otras que pasan de largo. Las uñas sin cortar. Lágrimas de alcohol. Las cuquis rápidas que esquivan los golpes, no como esas de antes, pachonas, que se aplastaban sin problema. El caniche que huye de las cuquis. Personas ‘non gratas’ en un karaoke. Pinocho fue a pescar. Un rap inolvidable improvisado junto a una piscina. Un imitador incomparable. Una mujer que vive en el medio del medio del medio de Badajoz. Edipo… ¡criminal! Desdichadooooo. Empezar porque sí ante un micrófono asustado. Sacar la lengua para chupar un corcho que flota en un vaso de vino. Sois unos cabrones. ¡¡¡AVALANCHAAAA!!! La risa sincera de un becario que ya no es simplemente un becario. El ‘machine’. Partidos de tenis que dan para mucho. Los chistes malos de Noelia. Las miradas transparentes de Belén. Los York declamando a media mañana en un ensayo improvisado. Inolvidable noche solitaria entre las piedras. Nostalgia de lo que aún no se ha perdido. Los abrazos sinceros, las miradas que hablan, las cosas que nunca mueren... Cambiar para que lo importante permanezca. Amistades de esas que duran para toda la vida. Saber que todo lo pasado no es más que el prólogo de un libro aún por escribir.

PD. ¿Vamos a la Cruzada? ¿Y al Alcandoria?

'Sinpa' en El Bulli


¿Quién no ha fantaseado, aunque sea una sola vez, con marcharse sin pagar de algún sitio? Sí, no disimulen. En ese restaurante en el que la factura es el doble de la que imaginábamos. O en ese bar de copas de a 12 euros el cubata. O en ese bar en el que ha estado media hora esperando a que alguien le cobrase. Pues todo lo que hubiesen soñado se ha quedado corto con lo de Pascal Henry.
Por si alguien aún no conoce la historia, se la cuento. El colega este es un crítico gastronómico suizo que estaba inmerso en un macroproyecto para escribir un libro sobre los mejores restaurantes del mundo. Y en éstas se encontraba cuando una noche se plantó en 'El Bulli' (el de Ferrán Adriá) y después de cenar --cerca de 300 euros de factura-- se puso a hablar con la gente del restaurante. "Un segundo, que voy al coche a por unas tarjetas para que me puedan mandar un email". "Perfecto, aquí le esperamos". Y nunca más se supo.
La Guardia Civil lleva más de un mes buscando a este suizo, que debe tener la cara de hormigón armado. Pero lo mejor de la historia es el desenlace. Hace unos días la Benemérita anuncia una nueva batida por la zona del restaurante para encontrar alguna pista... se supone que del secuestro o el asesinato del jeta. Y horas después se hace público que la Interpol ya había avisado días antes de que Pascal Henry estaba tranquilamente en Suiza, brindando a la salud de Ferrán Adriá. Pero claro, el enlace español de la Interpol no estaba en su despacho y el ordenador debió contestar con un hispano 'vuelva usted mañana'.
Al final ya saben dónde está, y ahora está por ver si al final paga la factura o si acaba convirtiéndose en ídolo de masas. Yo, por si acaso, ya he reservado en 'El Bulli' y he preparado un minucioso plan de fuga. Porque a mí un suizo no me gana a vividor. Digo.

EEUU arrasa a China... y en Georgia, miles de muertos

Abro la página web de un gran periódico nacional y me encuentro un titular que me estremece: "EEUU arrasa a China". Y algo se estremece en mi interior. Ha llegado, la tercera guerra mundial (o la cuarta, porque no tengo claro por la que vamos) ya está aquí. Y justo cuando estoy recogiendo la ropa para esconderme en mi bunker descubro que estoy en un error. Porca miseria. Se trata de una crónica deportiva que narra la victoria estadounidense ante China.
Un poco más abajo, en letra pequeñita, encuentro otro titular que me llama la atención. Prosiguen los enfrentamientos de Rusia y Georgia. Miles de bajas civiles. No pasa nada, pienso. Será que los equipos de lucha libre de estos países se han encontrado en Beijing. Y lo de las bajas civiles...pues creo que son mujeres chiquititas que no son militares. Vamos, que me imagino a miles de chinitas paseando por la ciudad.


Pero de nuevo me equivoco. Ahora sí que se trata de una guerra. Y no como esas que ignoramos fácilmente en África o en Oriente Medio simplemente porque no salen en la tele. Ésta está aquí al lado, en plena Europa.
Miles de bajas civiles en Georgia. Y un periódico se atreve a hablar de la preocupación que existe en Occidente porque en esa zona hay muchos oleoductos y podría volver a subir el precio del petróleo. Miles de muertos en Georgia. Y la foto de portada es la de un modesto ciclista español que ha ganado una medalla en las Olimpiadas. Miles de muertos en Georgia. Pero hay espacio, y mucho, para contar la historia del que ya es el 'sinpa' más famoso de la historia, el del crítico gastronómico suizo en el 'bulli' (o como se escriba). Miles de muertos en Georgia.

Y los políticos, esos líderes internacionales que mandan en nuestras vidas, en Beijing, disfrutando del espectáculo deportivo, que para eso cobran. Total, ¿a quién coño le importa lo que pase en Georgia? ¿O en Afganistán? ¿O en Angola? Total, no tengo ningún amigo allí... .
Por eso estos días estoy pegado a la tele, esperando una manifestación de artistas e intelectuales españoles contra la guerra del Caúcaso y exigiendo que alguien pare la matanza. Yo salí a la calle contra la guerra de Irak y saldría de nuevo contra la del Caúcaso. Porque allí, aunque no lo parezca, también muere la gente.

O le puedes o te puede


O le puedes o te puede. Fueron apenas 4, 5 segundos. Una visión. Una sensación indescriptible. Pasan pocos minutos de las once de la noche. El teatro romano casi repleto. Ceres sobre nuestras cabezas. Un rumor de fondo. El público, ansioso, que espera que comience la función. La voz de Pepe Sancho. "O ganas o te gana". El teatro, amigo o enemigo. La historia milenaria. El vello de punta. El corazón acelerado. Entender de pronto tantas cosas. Compartir sin tener que hablar. Apenas 4, 5 segundos. "O ganas o te gana". Porque aquí no valen los empates. Gracias, Pepe.