Mucha crisis y más sinvergüenzas aún

En los últimos meses los españoles se han familiarizado con una palabra que hasta ahora les resultaba ajena: ERE. Expediente de Regulación de Empleo. O dicho de otro modo, gente a la puta calle. La excusa, la crisis. La causa, la caradura y la mala gestión de las empresas. Los paganos, los de siempre, los currantes.

Porque sí, es verdad que estamos en crisis. Y sí, es verdad que muchas empresas tienen problemas. Pero en los últimos años aquí nos ha ido muy bien, se han ganado ingentes cantidades de dinero... y ahora no queda nada. ¿Qué modelo económico es ese en el que se quiere ganar tantísimo dinero en tan poco tiempo que al final el dinero nunca llega a estar donde debe? El capitalismo dirán unos. Un modelo que al final se desmorona, diría yo. Un pequeño empresario sin problemas me lo decía hace unas horas: "Aquí la gente se ha jartao a repartir dividendos, y cuando han venido mal dadas nadie tenía dinero".

Como no me gustan las aseveraciones sin fundamento, empecé a investigar (bueno, a buscar cosas en el google, que es casi lo mismo). Elegí al azar 7 de las empresas que han presentado EREs en los últimos meses y analicé cuánto dinero ganaron en el último año antes de la crisis.



Acerinox. Beneficios en 2007, 312,3 millones de euros
Sony. Beneficios en 2007, 3.524 millones de dólares (y 1.203 millones en el año anterior)
Martinsa. Beneficios en 2007, 413 millones de euros
IVECO Madrid. Beneficios 2004-2007, 147,84 millones de euros
Renault España. Beneficios 2007, 111 millones de euros
Nissan. Beneficios último año fiscal, 2.980 millones de euros, y para este año prevé beneficios de 'sólo' 2.190 millones por la crisis
Seat. Beneficios 2007, 170 millones de euros

TOTAL. Aproximadamente 7.000 millones de euros sólo en 2007, y podríamos seguir igual con muchas de las grandes empresas que han llevado a cabo despidos masivos.

Ahora viene el engaño del lenguaje. Las empresas nos dicen que con la recesión (¡QUÉ GUAY! ¡YA ESTAMOS EN RECESIÓN!) han perdido beneficios. ¡Ojo! Pierden beneficios, que no dinero.

Titulares de hoy mismo:
El beneficio de Sony se hunde un 95%
Las ganancias de Nintendo caen un 18%
El beneficio del Sabadell cae un 14%

Solución para seguir ganando tanto como antes: Mandar a la gente a la puta calle. ¿A quién le importa si es una familia con cuatro hijos y una hipoteca? ¿O si tienen un familiar enfermo con un caro tratamiento? Eso da lo mismo.

¿Y cómo se ha llegado a esto? Yo no entiendo mucho de economía, pero tengo claro que si después de esos beneficios las cosas van mal, es que no se ha gestionado bien. Pero que cada uno saque sus propias conclusiones. Porque estas son las cosas que no le importan a nadie.

El monopoly... como la vida misma

La madrugada nos encontró a los cinco jugando al monopoly, aún con las manchas de pintura frescas en la piel. De pronto, algo pasó. Fue antes de que el capitalismo hundiera sin piedad un triste y optimista intento de cooperativa.

Todos los jugadores acumulaban tarjetas (calles) en su lado, y el tablero estaba ya inundado de casas construidas. Si embargo, si alguien observaba con detenimiento notaba que los 'constructores' lanzaban los dado con miedo, casi con pánico. La causa, que en realidad no tenían dinero, así que si encontraban alguna dificultad en su camino --en este caso en forma de calle con casas construidas-- no podían afrontar los pagos. Es decir, que tenían bienes inmuebles pero ninguna liquidez, y al primer problema el sistema se vino abajo. ¿Les suena este cuento?

Así pasaron las horas, y la madrugada nos condujo suavemente hasta el amanecer, donde no nos encontró la mañana. Fue una noche larga, de hablar, de pensar, de jugar, de reír, de cantar, de ganar y perder. De soñar sin mirar atrás. Por fin.

No, we can't... estoy hasta los cojones


No, no puedo más. Han pasado apenas unas horas del nombramiento de Barak Hussein Obama como nuevo presidente de los Estados Unidos de América y ya estoy hasta los cojones de verle hasta en la sopa. Y eso que el hombre me cae bien y creo que podría hacerlo no demasiado mal (y los que me conocen saben lo que significa en mí ese margen de confianza).

Pero por favor. Ya está bien. Que en el mundo pasan más cosas. Que Obama NO VA A SOLUCIONAR NUESTROS PROBLEMAS. Que no se va a llevar a Solbes. Que no va a convencer a las empresas para que dejen de aprovechar la crisis para largar gente sin parar. Que no va a hacer que las familias lleguen a fin de mes. Que no va a evitar que mañana sigan recogiendo los cadáveres desmembrados en la franja de Gaza. Que Obama no es un superhéroe. No es más que el presidente del país más poderoso del mundo. Y, por tanto, estará condicionado por los intereses de las empresas más poderosas del mundo. Y, por tanto, tendrá un margen de maniobra más que limitado. Como, por cierto, ha ocurrido con todos los presidentes a lo largo de la historia de ese país. Sólo Kennedy intentó cambiar un poco las cosas... y ya sabemos todos cómo acabó.

Sí, Obama cerrará Guantánamo. Sí, dará un cambio a las relaciones internacionales de su país. Y a lo mejor hasta potencia la educación pública en su país. Pero que nadie se lleve a engaño, por favor. Que ya estoy cansado de oir a la gente de izquierdas hablar maravillas de un hombre que se sitúa bastante a la derecha del Partido Popular. Porque en Estados Unidos las cosas son así. Así que, por favor, déjennos un poquito en paz y sigamos trabajando por lo nuestro. Porque Obama, aunque sea negro, no nos va a arreglar la vida. Y yo ya estoy hasta los cojones.