Y ahí está ese niño que corre por la parte vieja de Melilla, que salta desde los acantilados esperando con ansia sentir el choque del agua en su rostro. Y ahí está ese niño descubriendo, un libro tras otro, que la vida es más que una vida. Porque al final uno no es más que lo que deja tras de sí. Y el niño sigue corriendo y jugando. Ahora se sienta a descansar y contempla el atardecer madrileño desde el Templo de Debod. Al fondo la banda sonora de 'Los niños del coro' ha tomado el relevo del 'Boss'. Es un niño, sólo eso.
Pero de pronto algo pasa que le rompe el alma y la inocencia. Frente a él otro niño, igual que él, aunque más sucio y desaliñado, y algo más oscuro de piel, se lanza dentro de un cubo de basura. Pronto descubre que ese pequeño que podía ser él busca comida entre los restos. Y él, que hasta entonces no era más que un niño feliz y despreocupado, descubre que, en realidad, el mundo es una mierda. Y se le parte la niñez por la mitad.
Abro los ojos al son de una canción de Norah Jones y lloro. Por aquel niño que murió cuando aún era demasiado pronto. Por aquel pequeño que me abandonó dentro de un cubo de basura de la cuesta de Cabrerizas.
Pero de pronto algo pasa que le rompe el alma y la inocencia. Frente a él otro niño, igual que él, aunque más sucio y desaliñado, y algo más oscuro de piel, se lanza dentro de un cubo de basura. Pronto descubre que ese pequeño que podía ser él busca comida entre los restos. Y él, que hasta entonces no era más que un niño feliz y despreocupado, descubre que, en realidad, el mundo es una mierda. Y se le parte la niñez por la mitad.
Abro los ojos al son de una canción de Norah Jones y lloro. Por aquel niño que murió cuando aún era demasiado pronto. Por aquel pequeño que me abandonó dentro de un cubo de basura de la cuesta de Cabrerizas.
4 comentarios:
O por los que nos pedían pañuelos, y jeringos, en Los Arcos. O por otro que saltaba la valla de vez en cuando para ver a su familia y luego volvía al centro de menores...
Yo llegué tarde y nunca lo había visto. Pero ya lo sabía. Que hay niños que no pueden ser niños.
Escribes bien, amigo. Tu narrativa tiene alma, no aquella que Ramón y Cajal buscó por las más intrincandas entrañas del ser humano y jamás encontró. Alma: ternura, amor, compasión... de ti para ti mismo, de ti para tus próximos. Lo conozco, te reconozco.
Sigue ahí, sigue así, crece.
Gracias.
Me has recordado a Melilla, a la niñez también. Y a cuando te das cuenta del mundo que te rodea.
Un abrazo
This article is very good. Come and try reading some of me >> เชลซี
ข่าวเชลซี
ข่าวบอล
ข่าวกีฬา
ทีเด็ด
Publicar un comentario